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Serenidad.


Vaya tranquilamente entre el jaleo y la prisa, y acuérdese de la paz que puede existir en el silencio. Sin alienación, mantenga en lo posible buenas relaciones con cada persona. Diga suave y claramente su verdad; y escuche a los otros, incluso al inocente y al ignorante: tienen también su historia. No se compare con nadie, correría el riesgo de volverse vano o vanidoso. Siempre hay alguien más grande y más pequeño que usted. Consolide un espíritu para protegerse en caso de desgracia súbita, pero no se entristezca con sus quimeras. Numerosos miedos nacen del cansancio y de la soledad. Más allá de una disciplina sana, sea dulce con usted mismo. Usted es un niño del universo, no menos que los árboles y las estrellas. Tiene el derecho a estar aquí y que lo tenga claro o no, el universo se desarrolla sin duda como debería. Y cuales sean sus trabajos y sus sueños, guarde en el desconcierto ruidoso de la vida, la paz en su alma. Con todas sus perfidias, sus trabajos pesados y sus sueños destrozados, el mundo es sin embargo bello.

Tome atención. Intente ser feliz.

Autor desconocido.




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