Lo que
descubrí es que la felicidad no es algo que sucede. No es el resultado de la
buena suerte o del azar. No es algo que pueda comprarse con dinero o con poder.
No parece depender de los acontecimientos externos, sino más bien de cómo los
interpretamos. De hecho, la felicidad es una condición vital que cada persona
debe preparar, cultivar y defender individualmente. Las personas que saben
controlar su experiencia interna, son capaces de determinar la calidad de sus
vidas, y eso es lo más cerca que podemos estar de ser felices.
Mihaly
Csikszentmihalyi.
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A todo caminante que la vida trajo por aqui, le agradezco que deje su huella. Un abrazo!!!